miércoles, diciembre 26, 2007

Ahora, digo yo, si poníamos Argentino hasta la muerte, de CFM, por qué no haber puesto el que le dio origen, el de Guido Spano? Y así...

2 comentarios:

  1. Estimado Jorge, la antología resultó estupenda. Creo que demuestra que hay gente en este “cibermedio” que, no sólo se apasiona por la buena poesía, sino que también discute y aporta. Como bien decís, se piensa también en los que quedaron afuera. Y por si alguna vez se edita la “edición corregida y aumentada”, pienso que no puede faltar Edgard Bayley, Tampoco Ricardo Molinari.
    Creo que este juego “adictivo”, es mucho más que un juego, es compromiso puro con la palabra, sea en el medio que sea.

    MI AMADA ESTANQUE AZUL HUERTO CABELLOS

    fulgurante viva fluvial origen buscada reencontrada
    como un islote un puente una manzana un tatuaje
    en la noche hendida en la marmita en la estrella marina
    en la mano párpado llamado reflejo de mi amada
    en forma de estanque azul
    de miel
    de estornino
    de gota de agua
    de cabellos
    regresamos una y otra vez al centro del fuego
    el dolor
    del huerto
    la distancia la desgarrada higuera
    y eternamente otra y eternamente igual
    en la corriente en el llanto
    salitre otoño alba rota soledad escondido silencio brisa furia
    años sombra desventurado niño simiente
    paredes de olvido lluvia y grito y casa
    roja estancia andenes
    te doblegas te curvas en tu fiebre antigua en tu costado
    los dos solos devorando toda noche toda celda
    súbito amanecer canal del sueño
    lengua que disuelvo en mi silencio en mis dos puertos
    tibio cuerpo llegada partida del mar polo irremediable
    y humedecido y nadando entre cataclismos y lámparas y brazos
    sin memoria sin nombre
    abiertos al dios que nos recrea
    en cada espasmo de labios azules de piedras azules
    en la nuca en la espuma en el purísimo rescoldo
    desciendo al día primero a la primera mañana al aviso inicial
    por tus ojos por tu boca por tu sexo penetro me despido
    pierdo altura razón vidamuerte te tomo me disuelvo
    y otra vez te amo nazco soy el día que cerca tus hojas
    un río una voz


    EDGARD BAYLEY
    CASIDAS DONDE LA TARDE ES UN PÁJARO
    I
    Ellos dirán al verme tan solo: va como un río, sordo en su corriente, desatado.
    Ellos dirán que llevo la soledad parapetada por muchas lanzas, por el polvo,
    que tengo los ojos cerrados, irritados por la luz.

    Ellos dirán: mañana volverá a su muerte, a ser rehén, campo mustio de amapolas, tristeza sombría.

    Ellos dirán: al fin la espada de su voz descansa junto a su cuerpo arrastrado por la tierra.

    II
    A mi lado va una mujer que lleva un angosto ramo de alhelíes, y el acero de sus carnes
    mojado por la aurora.
    Cargado de cadenas me ve el amanecer, con un jaguar que bebe mi sangre rodeado de
    arroyos.

    La curva del río nos llama por nuestros nombres, y no sabemos nada, porque estamos
    en el sueño excedidos.

    III
    ¡Oh, tú que te alimentas de mis pobres ojos y me dices: Siempre pensaré en ti,
    hasta que se seque mi piel al sol y mi lengua se destruya bajamente por la arena!

    - Repítelo, quiero estar protegido, porque mi corazón se ha acostumbrado a la desdicha.

    IV
    nadie te ha visto a mi lado como no se ve la savia de algunas flores;
    te cubres de mí, andas por dentro para vivir sin peligro, y el aliento de tu voz se mezcla
    con el mío, igual a dos hojas donde ha de brotar un narciso.

    No pienso nada más que en ti, por eso busco la lluvia y las orillas de los ríos donde
    crece el azafrán.

    4 de abril 1939

    Huye el día, pero la noche te encuentra conmigo;
    veo llegar las lunas llenas; ya oigo el clamor del agua que empapa las lenguas ásperas
    de los venados y acosa las raíces del desierto.

    Quisiera que me lamentaran como a un muerto, porque he sentido por mi piel correr
    a sangre de mis amigos.
    Qué me espera vivir, si ya no he de ver los pájaros volando por el cielo, ni deseo larga
    vida a las flores.
    Pero ¡ay! quisiera saber aún cómo duermes.

    RICARDO E. MOLINARI

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  2. "AL PAMPERO" de Rafael Obligado

    Hijo audáz de la llanura
    Y guardián de nuestro cielo,
    Que arrebatas en tu vuelo
    Cuanto empaña su hermosura:
    ¡Ven, y vierte tu frescura
    De mi patria en el ambiente!
    ¡Ven, y enérgico y valiente,
    Bate el polvo en el camino,
    Que hasta soy más argentino
    Cuando azotas en mi frente!

    .:Poesías completas de Rafael Obligado, Segunda Edición 1957:.

    Nunca pregunté el por qué de estas lecturas en mi infancia, mi papá me las recitaba con la guitarra, entre otros autores similares.
    Supongo que mis padres, al haber elegido la frontera para criarme, tenían la urgencia de que yo sepa a qué país pertenecía. Creo que lo lograron. Eso y esta peculiar sensación de extrañar lugares a los que uno nunca ha ido... más no sea por la magia de los versos que escuchaba de niña.

    Gracias Jorge por permitirme publicar este poema.

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