viernes, julio 25, 2008

Raúl Gustavo Aguirre / Por último



Haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro,
haber atado cientos de hilos de amor y resplandor,
haber perdido algo
al salir de la casa vacía.

Haber estado, haber acompañado,
haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón,
con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón.


No haber cumplido años lejos de sí mismo,
no importa si de rodillas o en medio del pantano pero cerca de sí,
o entre asuntos pendientes o torcidos desde el comienzo,
pero masticados con tus dientes.

No importa ser un objeto más o menos clasificable despreciable por los que deciden,
no importa ser superado, masacrado, tergiversado, desmentido,
con todo eso se hace la verdad.

No importa ser interrumpido
si estás al pie del árbol gigante en el día sin fin,
al pie del árbol de piedras preciosas del sueño que sólo pertenece a los hombres,
y si has podido hablar con esas piedras
y acompañar hasta su casa a alguien
en un momento duro de la noche (y vivía tan lejos).

No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie,
si al fin estás solo en las salinas de la madrugada
haciendo todo lo posible para que salga el sol,
para que esos rostros queridos no se hundan en los rápidos de la nada
que acecha a tanta maravilla.

Raúl Gustavo Aguirre (Buenos Aires, 1927-1983). Los mejores poemas de la poesía argentina. Selección y notas de Juan Carlos Martini Real, Corregidor, Buenos Aires, 1974.

Foto: Aguirre por Sara Facio. Archivo

1 comentario:

  1. fragmento

    [...]No hay día por delante.
    Sólo esta noche, con el agravante
    de la continuidad en la pregunta.

    Estamos atrapados. La eternidad se agota.
    La recta infinitud está doblada y rota.
    Eres, ahora eres, toda la nada junta.

    raúl gustavo aguirre

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