miércoles, enero 07, 2009

Es muy difícil hacer entender a la gente la indignación impersonal que puede provocar un decaimiento de la literatura

de El ABC de la lectura
de Ezra Pound
en ¿Usted lee poesía?


Capítulo 3

1

La literatura no existe en el vacío. Los escritores como tales tienen una función social definida, exactamente proporcional a su habilidad COMO ESCRITORES. Esta es su utilidad principal. Todas las otras utilidades son relativas y temporarias, y sólo pueden estimarse en relación a los puntos de vista de una evaluación particular.
Los partidarios de ideas especiales estiman a veces a los escritores qué están de acuerdo con ellos más que a los que no lo están; pueden valorizar, y valorizan con frecuencia, a malos escritores de su propio partido o religión más que a los buenos escritores de otro partido o iglesia.
Pero hay una base susceptible de estimación e independiente de todo lo relacionado con el punto de vista.
Los buenos escritores son aquellos que conservan la eficiencia del lenguaje. Es decir, los que lo mantienen preciso, claro. No importa que el buen escritor quiera ser útil, o que el mal escritor quiera hacer daño.
El lenguaje es el medio principal de la comunicación humana. Si el sistema nervioso de un animal no trasmite sensación y estímulo, el animal se atrofia.
Si 1a literatura de una nación declina, la nación se atrofia y decae.
El legislador no puede legislar para el bien público, el comandante no puede mandar, el populacho (si estamos en un país democrático) no puede dar instrucciones a sus "representantes" si no es por medio del lenguaje.
El lenguaje nebuloso de las clases fraudulentas sirve sólo a un propósito temporario.
Una limitada cantidad de comunicación in re sobre temas especiales pasa por la vía de la fórmula matemática, por la vía de las artes plásticas, por la vía de los diagramas, por la vía de las formas musicales puras, pero nadie ha propuesto sustituir estas cosas por el habla común, y nadie ha sugerido que esto sea posible o aconsejable.


UBICUNQUE LINGUA ROMANA, IBI ROMA

Grecia y Roma civilizaron POR EL IDIOMA; el idioma está a cargo de los escritores.
("Insultos sobre tribus enmudecidas y pesadas")

pero este idioma no se hace sólo para llevar cuenta de grandes cosas. Horacio y Shakespeare podrán proclamar su valor mnemónico y monumental, pero esto no agota el asunto.
Roma se elevó con el idioma de César, Ovidio y Tácito y decayó en un tumulto de retórica, en el "lenguaje de los diplomáticos para ocultar el pensamiento" y cosas por el estilo.
El hombre de claro entendimiento no puede ya permanecer sentado y resignado mientras su país deja decaer la literatura, y permite que lo que está bien escrito sea despreciado, del mismo modo que un buen médico no puede permanecer quieto y satisfecho cuando un niño ignorante se infecta de tuberculosis y cree que está comiendo simplemente unas tortas de jalea.
Es muy difícil hacer entender a la gente la indignación impersonal que puede provocar un decaimiento de la literatura en hombres que entienden lo que esto implica, y el fin al que lleva. Es casi imposible expresar cierto grado de esta indignación sin que se nos denomine "amargados" o algo por el estilo.
De todos modos, "el estadista no puede gobernar, el científico no puede trasmitir sus descubrimientos, los hombres no pueden ponerse de acuerdo para realizar una acción adecuada sin el lenguaje", y todas sus acciones y condiciones están afectadas por los defectos o virtudes del idioma.
Un pueblo que se acostumbra a una literatura descuidada es un pueblo en vías de perder el punto de afirmación su imperio o en sí mismo. Y este abandono y torpeza no es algo tan simple, escandaloso y áspero como una sintaxis desordenada.
Se trata de la relación de la expresión con el sentido. La sintaxis áspera y desordenada puede a veces ser sincera, y una frase elaboradamente construida a veces no es más que un disfraz elaborado.


2

La suma de la sabiduría humana no está contenida en ningún idioma, y ningún idioma solo es CAPAZ de expresar todas las formas y grados de la comprensión humana.
Ésta doctrina es amarga e intragable. Pero no puedo omitirla.
La gente a veces desarrolla una especie de fanatismo al combatir las ideas "fijadas" en un único idioma. En términos generales, éstas son "los prejuicios de la nación" (cualquier nación).
Los climas diferentes y las sangres diferentes tienen necesidades diferentes, espontaneidades diferentes, desconfianzas diferentes, diferentes cocientes entre diferentes grupos de impulso y mala voluntad, diferentes formas de gargantas, y todo esto deja huellas en el idioma, lo deja más y menos listo para ciertas comunicaciones y registros.

LA AMBICIÓN DEL LECTOR puede ser mediocre, y no habrá dos lectores con ambiciones idénticas. El maestro sólo podrá dirigir sus instrucciones a aquellos que más desean aprender; de todos modos, puede darles un "aperitivo", una lista de las cosas que deben aprenderse en literatura, o en alguna sección dada de ésta.
El primer pantano de la inercia puede ser simple ignorancia de la extensión del tema, o sencillamente la falta de ganas de salir de una zona de semiignorancia. Probablemente la mayor barrera ha sido establecida por maestros que saben poco más que el público, que quieren explotar sus conocimientos fraccionados y que son totalmente refractarios a hacer el menor esfuerzo para aprender algo más.


CAPÍTULO CUATRO (Fragmento)

"La gran literatura es sencillamente el idioma cargado de sentido al grado máximo"

Dichetn = condensare

Empiezo con la poesía pues es la forma más concentrada de la expresión verbal. Basil Bunting, hojeando un diccionario alemán-italiano, descubrió que la idea de la poesía como concentración es casi tan antigua como el idioma alemán. -"Dichten" es el verbo alemán correspondiente al sustantivo "Dichtung", que significa poesía, y el diccionario lo traduce por el verbo italiano que significa "condensar".

La carga de un lenguaje se hace de tres modos diferentes: usted puede recibir el idioma como su raza se lo ha dejado, pues tienen sentido las palabras que "han crecido dentro de la piel de la raza"; los alemanes dicen: "wie ihm den Schnabel gewachsen ist", mientras le crece el pico. Y el buen escritor elige las palabras por su "sentido", pero este sentido no es una cosa establecida, recortada, como el movimiento del caballo o del peón en un tablero de ajedrez. Viene con raíces, con asociaciones, con cómo y por qué la palabra es usada familiarmente, o dónde ha sido usada brillante y memorablemente.
Apenas podemos decir "incarnadine" (enrojecer) sin que uno o más oyentes recuerden un determinado verso. (Alusión a un pasaje célebre de Macbeth -N.del T.)

Los números y las palabras que se refieren a las invenciones humanas tienen sentidos duros, recortados. Esto es, sentidos que son más obstructivos que las "asociaciones"' de una palabra.
Bicicleta tiene ahora un sentido nítido.
Pero "tándem" o "bicicleta para dos" probablemente proyectarán sobre la pantalla mental del lector imágenes de décadas pasadas.

El número de cualidades que alguna gente puede asociar con una palabra dada o con cierto tipo de palabra es incalculable, y generalmente varía según el individuo.

Casi tenemos que dirigirnos exclusivamente a las críticas de Dante para encontrar un grupo de categorías OBJETIVAS de palabras. Dante usaba palabras "alisadas" o "enmarañadas" según el diferente RUIDO que producían. O pexa et hirsuta, peinadas y desgreñadas.
También dividía las palabras según sus diferentes asociaciones.


SIN EMBARGO, todavía cargamos a las palabras con sentidos en tres formas, llamadas fanopoeia, melopoeia, logopoeia. Usamos una palabra para lanzar una imagen visual sobre la imaginación del lector, o le cargamos el sonido, o usamos para esto grupos de palabras.
En tercer lugar, corremos el riesgo mayor de usar la palabra en alguna relación especial a su "uso", es decir, al tipo de contexto en el cual el lector espera o está acostumbrado a encontrarla.
Ésta es la última manera de desarrollarla y sólo puede ser usada por los sofisticados.
§(Si usted realmente quiere entender lo que estoy diciendo, en última instancia deberá leer a Propercio y a Jules Laforgue.)

SI USTED ESTUDIARA QUÍMICA, le dirían que hay cierto número de elementos; cierto número de compuestos químicos más usuales, compuestos químicos más en uso o más fáciles de encontrar. Y, para tener claridad en sus experimentos, probablemente buscaría estas sustancias "puras" o tan puras como sea posible.

SI USTED FUERA UN TENEDOR DE LIBROS CONTEMPORÁNEO probablemente utilizaría un sistema de hojas sueltas, como hacen las casas de negocios para separar lo archivado de lo que está en uso, o de lo que se necesita con frecuencia para referencias.
Comodidades similares son posibles en el estudio de la
literatura.
Cualquier aficionado a la pintura sabe que las galerías modernas dan mucha importancia a "colgar bien", es decir, a poner los cuadros importantes donde puedan ser vistos, o donde la mirada no se confunda, o donde los pies no se fatiguen al buscar las obras maestras en una amplia pared
recargada de mamarachos...


(De El ABC de la lectura - Traducción: Patricio Canto -1968)

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