lunes, agosto 31, 2009

Gerard Manley Hopkins / Perfección





















El hábito de la perfección

Silencio elegido, canta para mí
Y bate en mi oreja de caracol,
Condúceme a calmas pasturas y sea
Tu música la que guarda el corazón.

No den forma a nada, labios, amorosamente mudos:
Es el cierre, el toque de queda enviado
Desde donde vienen todas las capitulaciones
Lo único que los hace elocuentes.

Cubiertos sean los ojos por doble penumbra
Y encuentren la luz no creada:
Esa muchedumbre vacilante que observas
Enreda, roba, se burla de la simple visión.

¡Paladar, conejera de sabrosa lujuria,
No desees ser lavado con vino:
Debería ser tan dulce su cántaro, su piel
Tan fresca como la del divino ayuno!

¡Fosas de la nariz, el descuidado aire que gastan
Sobre la agitación y las torres del orgullo
Con qué deleite dispersarán los incensarios
A lo largo de las naves del santuario!

Oh manos como prímulas al tacto, pies
Que quieren pisar el césped afelpado;
Pero tú caminarás la calle dorada
Y tú revelarás y hospedarás al Señor.

Y, Pobreza, sé tú la esposa
Inicia ahora la fiesta de bodas,
Y ropas del color de los lirios trae
A tu esposo, no trabajadas ni tejidas.

Gerard Manley Hopkins (Essex, Inglaterra, 1844-Dublin, 1889)
Versión de J. Aulicino

The Habit of Perfection
Elected Silence, sing to me / And beat upon my whorlèd ear, / Pipe me to pastures still and be / The music that I care to hear. // Shape nothing, lips; be lovely-dumb: / It is the shut, the curfew sent / From there where all surrenders come/ Which only makes you eloquent. // Be shellèd, eyes, with double dark / And find the uncreated light:/ This ruck and reel which you remark / Coils, keeps, and teases simple sight. // Palate, the hutch of tasty lust, / Desire not to be rinsed with wine: / The can must be so sweet, the crust/ So fresh that come in fasts divine! // Nostrils, your careless breath that spend / Upon the stir and keep of pride, / What relish shall the censers send / Along the sanctuary side!// O feel-of-primrose hands, O feet / That want the yield of plushy sward, / But you shall walk the golden street / And you unhouse and house the Lord. // And, Poverty, be thou the bride/ And now the marriage feast beguin, / And lily-coloured clothes provide / Your spouse not laboured-at nor spun.

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Retrato: G.M. Hopkins, por Anne Eleanor Hopkins, 1859 National Portrait Gallery, Londres

2 comentarios:

  1. Hermoso poema. Algo me dice que el Lord es el Señor de arriba, porque si no se le pudre la perfecta cena. Mire que vestirlo con harapos..., ¡y a pan y agua! Gracias, Irene

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  2. «Ciertamente creo que las creencias firmes hacen que el acontecer ordinario nos parezca aún más ridículo de lo que nos parecerías sin aquéllas; pero en tal caso ya no somos parte de esa trivialidad y queremos sacar de ella a los demás». gerard manley hopkins.

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