lunes, agosto 23, 2010

Franco Fortini / El borde de un alero




El alero

Descubro desde la ventana el borde de un alero
en una casa envejecida; es de madera corrompida,
doblado por estratos de tejas. Golondrinas se detienen
allí a veces. Aquí y allá, sobre el techo, las juntas,
y a lo largo de los tubos, manchas de alquitrán y revoque
de míseras reparaciones. Pero viento y nieve,
si fatigan las soldaduras de las canaletas, a la viga podrida
no la han podido romper aún.
Pienso, con cierta dicha,
que un día, y no importa
si no estoy yo, bastará que una golondrina
se pose un instante allí para que precipite todo en el vacío,
irreparablemente, mientras ella se aleja volando.

[1958]


Franco Fortini (Florencia, 1917–Milán, 1994)
Versión de Jorge Aulicino

La gronda
Scopro dalla finestra lo spigolo d’una gronda, / in una casa invecchiata, ch’è di legno corroso / e piegato da strati di tegoli. Rondini vi sostano / qualche volta. Qua e là, sul tetto, sui giunti / e lungo i tubi, gore di catrame, calcine / di misere riparazioni. Ma vento e neve, / se stancano il piombo delle docce, la trave marcita / non la spezzano ancora. / Penso con qualche gioia / che un giorno, e non importa / se non ci sarò io, basterà che una rondine / si pose in un attimo lì perché tutto nel vuoto precipiti / irreparabilmente, quella volando via.

Liquida.it

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Ilustración: Cortile di Via Fondazza, 1957, Giorgio Morandi

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