lunes, abril 07, 2014

Francisco Brines / Aquella misma hora









Estabas tras la mesa del despacho
dictando normas, tu verdad estéril,
cuando la asfixia recorrió tu pecho.

Yo, sin verdad alguna, mas siguiendo
con desprecio las leyes que imponías,
morí de asfixia yendo por la calle.

Sobre tí y sobre mí vuelan ahora
las alas lentas de los mismos cuervos.

Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932), Ensayo de una despedida. Poesía 1960-1971, Plaza y Janés, Barcelona, 1974
Envío de Jonio González

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