viernes, abril 17, 2015

Patrizia Cavalli / De "Sempre aperto teatro", 2













La estación me invita. ¿Qué estación
es esta que me invita? Me extravié
en la plaza cerrada del mercado.
El mercado centellea cada mañana
temprano, pero luego la fruta se opaca,
fruta tardía, yo me abro camino,
con paso de primavera cansado,
entre toda esa mercancía que me invita,
saludo, luego saludo y luego saludo,
abro el corazón y la boca y luego los cierro.
el corazón se abre mucho, es más: sube,
ah demasiado sube y heme aquí perdida
dentro de una lejanísima mañana.
sin embargo tan cercana, mi hermana
de otro tiempo, gemela, pero siempre
atenta, mies que curva su maleable
espalda, que hacia mí se alarga,
yo no la tomo, pero ella se obstina
en caminarme al lado. Es una mañana
de rendida luz, casi vencida:
cuando no se la ve, se la adivina.
Estaba en esa mañana y me esparcía,
la mirada no mentirosa o verdadera,
y veía juntas felicidad y ruina.

Patrizia Cavalli (Todi, Italia, 1947), Sempre aperto teatro, Einaudi, Turín, 1999
Versión de Jorge Aulicino


La stagione mi invita. Che stagione
è questa che mi invita? Ero sparita
nella piazza conclusa del mercato.
Il mercato scintilla ogni mattina
presto, ma poi la frutta si fa opaca,
frutta tardiva, io mi faccio strada,
il passo primavera stanco,
fra tutta quella merce che mi invita,
saluto e poi saluto e poi saluto
apro il cuore e la bocca e poi li chiudo,
il cuore si apre molto, anzi sale,
ah troppo sale e eccomi smarrita
dentro una lontanissima mattina,
pure cosí vicina, mia sorella
d’altri tempi gemella, eppure sempre
attenta, messe che curva cedevole
il suo dorso, che verso me si tende,
io non la colgo, e invece lei si ostina
a camminarmi accanto. E’ una mattina
di arrendevole luce, quasi vinta,
che quando non si vede s’indovina.
Ero in questa mattina e mi spargevo,
lo sguardo non bugiardo o veritiero
vedevo insieme felicità e rovina.

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