miércoles, agosto 13, 2008

Marcial y Quevedo

Si en vidrio bebes...

Si en vidrio bebes, por ver
los vinos blancos y rojos,
para que el color los ojos
beban, antes de beber;
si al quererte proveer
en Midas echas las bragas,
y su codicia le amagas,
y le pierdes el decoro
cagando en bacín de oro,
más caro que bebes cagas.

Ad Bassum
Ventris onus misero, nec te pudet, excipis auro,/ Basse, bibis vitro: carius ergo cacas.

Si bien me acuerdo...

Si bien me acuerdo, una tos
de cuatro dientes que halló
en ti, dos se llevó,
y otra se llevó otros dos.
Tose ya con pena poca,
bien puedes, Lucía, toser,
que ya no tiene qué hacer
tercera tos en tu boca.

Ad Aeliam
Si memini, fuerant tibi quattor, Aelia, dentes:/expulit una duos tussis et una duos / iam secura potes totis tussire diebus: /nil istic quod agat tertia tussis habet.

A un marido que cortó las narices del galán de su mujer

¿Quién te persuadió a quitar
al adúltero infeliz
la nariz?, pues la nariz
no te puede deshonrar.
Tonto, ¿qué has hecho en cortar
lo que sólo sabía oler?
Nada perdió tu mujer
en esto, si lo has notado,
pues al otro le ha quedado
con qué volverte a ofender.

Ad maritum
Quis tibi persuasit naris abscidere moecho? / non hac peccatum est parte, marite, tibi /stulte, quid egisti? nihil hic tibi perdidit uxor/ cum sit salva tui mentula Deiphobi.

Marco Valerio Marcial (Bibilis -actual Bámbola- Hispania, 40-104).

Versiones de Francisco de Quevedo y Villegas
(Madrid, 1580-Torre de San Juan Abad, Villanueva de los Infantes, 1645).
Marcial-Quevedo, edición y prólogo de Ana Martínez Arancón, Editorial Nacional, Madrid, 1975.

Del Prólogo: En líneas generales, podríamos decir, en primer lugar, que la traducción de Quevedo es un simple pretexto. En efecto, no se trata tanto de trasladar fielmente el poema de Marcial como de escribir, sobre su tema y estructura, uno nuevo e inequívocamente suyo. (...) Prefiriendo la fidelidad al espíritu satírico a la supersticiosa conservación del nombre, vacío fetiche de una crítica que ya no critica, los convierte [a los epigramas] en invectivas directas e individuales contra seres que conoce bien.


Retrato de Quevedo, Francisco Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones, Sevilla, 1599.

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