viernes, septiembre 12, 2008

El perdón es la mácula de cieno

El misionero
Fragmento

XIII

“Pero no quiero yo, de ningún modo,
que me perdonen teólogos ateos…
¡A quien se absuelve, al absolver los reos,
es al sublime Artífice de Todo!
“Prefiero que los sabios, casi estetas,
que llaman al dolor “idiosincrasias”,
pongan motes en griego a mis desgracias…
para cobrar más caro sus recetas.
“El perdón es la mácula de cieno
puesta sobre la clámide de un nombre…
¡Porque tengo amarguras, ya soy hombre;
y porque soy un hombre, ya soy bueno!
“Hablen los impecados, a porfía;
desescamen la red de sus escamas…
¡Digan si saben, al dejar sus camas,
cuál será la belleza de aquel día!
“Cuando el hijo de Dios, el Inefable,
perdonó desde el Gólgota al perverso…
¡puso sobre la faz del Universo,
la más horrible injuria imaginable!
“Sepa por primera vez, el presidiario,
y alce su frente mustia y lapidada:
el más vil… es un alma destinada,
como el propio Jesús, a su Calvario!
“Somos los anunciados, los Previstos,
si hay un Dios, si hay un Punto Onmisapiente…
Antes de ser, ya son, en esa Mente,
los Judas, los Pilatos y los Cristos”.

Pedro Bonifacio Palacios, Almafuerte (San Justo, 1854- La Plata, 1917), Cien poesías rioplatenses. 1800-1950. Antología. Ordenación, prólogo y notas por Roy Bartholomew. Editorial Raigal, Buenos Aires, 1954

Imagen: sin datos

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