lunes, diciembre 07, 2009

Leopoldo Castilla / La historia


LV

Tardan en morir los siglos
como tarda en nacer el polvo.


¿Donde estuvo la historia
lloverá nieve negra,
páginas de ardiente transparencia,
élitros de hombre?

La memoria del universo, bifronte,
cabe en un instante.
En otra dimensión
está sola la espada,
sola la mano y, muy lejos,
solitario el enemigo que cae.
Allí nadie restituye a Roma.
En cada segundo Odiseo pierde a Odiseo.
El camino comienza, sólo comienza
y desaparece el viaje,
En cada acto el César elimina al César.
Uno es el Cristo y otro el resucitado.

Esa latitud detiene las esferas de Galileo
y en el derrumbe eterno
fija el átomo. Ríe, impar, el Diablo
y se reonoce Heráclito.

Allí, seco
en su bocanada el héroe
que decapitó un impero
(no sus vestidos,
la guerra fría de sus puntillas,
sus alamares de espanto)
allí el fuego fatuo de las naciones
estupefacto el Papa
y en su aguja negra el esclavo.

En esa inmensidad,
inmóvil en su crisálida,
vuela la historia,
helicoidal,
inversa,
rumbo a su gusano.

Leopoldo Castilla (Salta, 1947), Manada, Ediciones el Mono Armado, Buenos Aires, 2009

Ilustración: La caída de Icaro, Jacob Peter Gowi, 1636

De Castilla en este blog:
Nacimiento de la simetría

No hay comentarios.:

Publicar un comentario