jueves, septiembre 15, 2011

Jorge Fondebrider / Dos poemas





Elecciones

Mi familia, mis libros y mis discos, de un lado.
La bruma del día y el destino que nos toca,
su épica de pacotilla, del otro lado de la puerta,
La calle melancólica me exige la fe que yo no tengo.


Una hora perfecta 

Un hombre le canta a su ciudad porque tiene sus motivos.
Los hago míos por un rato, finjo
mientras Ana lee en el sillón
y Alejandro hace los deberes en la mesa.
E incluso la polilla que sale de los libros
parece pertinente.    

Jorge Fondebrider (Buenos Aires, 1956), inéditos


Ilustración: Naturaleza muerta II. La lámpara de carburo, 1922/23, Joan Miró

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