miércoles, octubre 26, 2011

María del Carmen Colombo / De "La familia china"





EN LAS NOCHES DE TORMENTA, la menor de las tres chicas escucha el dream dream del viento contra las puertas dormidas. Y ese rasguido suelta las cuerdas de lana de la afiebrada voz.
Por la rendija de los labios, dream dream, como diciendo sólo su respiración, con la dicción distraída de algún delirio, habla el sueño de la chica: Afuera el diablo chifla/ desde la copa de un árbol:/ cuelga unas babas de choclo/ como lluvia que desprende/ su risa deshilachada./ En el comedor del rancho,/ hierve el mate de la chica, se cocina/ entre sus manos:/ -Qué te pasa –le dice la abuela./ -Nada, estoy pensando un tema./ -Mentira, escuchás ese sonido que atormenta/ la concordancia universal.
En las noches de tormenta, el rasgado corazón desgrana su sin sentido. Dream dream: es sólo el rumor del viento contra las puertas dormidas, la copla del sentimiento que se esfuma en la vigilia.

COMO UN VIOLÍN en su musgoso caparazón, así he vivido adentro de mi bata de seda: cuerpo enfundado en el lujoso estuche de un disfraz. Envuelto en el paisaje del kimono, niño perdido en su propio refugio, obedecí el impulso del regreso, grabado en  el tapiz de la memoria. Pero ahora, por puro deseo de metamorfosis, me desprendo de la espumosa máscara de hierba, mariposa excesiva en su teatro de ausencia.
“Papá, papá”, sopla la voz en mis oídos, la voz lejana de mis hijas, cuando el vals del viento enamora mis alas. Vuelvo a la melodía de mi tierra, como una esencia me evaporo. Y asciendo.
En el cielo enrojecido se apaga la gran estrella natal. La luz fría de la luna me cubre con su lágrima.

María del Carmen Colombo (Buenos Aires, 1950), La familia china (primera edición, 1999) Hilos Editora, Buenos Aires, 2011

Ilustración: Tapa de la edición, sobre una obra de Dolores Etchecopar

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