martes, julio 10, 2012

Augusto de Campos / De "El sol al natural"




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-¿Solange Sohl existe? ¿Es sólo una?
¿O es un grupo de vidrios combinados? ¿Es leyenda
Medieval que vistes de neurosis? Por cierto
Esta armadura no te queda mal,
Oh mi Beltenebroso sin corcel.
Debieras añadirte una rosa en la mano,
Y más, desenterrar el antiguo rabel.
Así muy gentil y hombre podrás plañir
Tu sobreafán de sobreamar
Solange Sohl en forma de aire.
Muchos -como verás- e incongruentes son
Los dones que a la misma atribuye la ruda
Cansada mente tuya.
Solange Sohl, leona sobrehumana
Encarcerlada en una jaula de oro.
Solange Sohl, doctora y silenciosa
Bajo el peso de los cilios.
Solange Sohl, fontana sumergida.
Solange Sohl, señora silandera
Con el sueño tejido en su regazo.
Solange Sohl, Solange Sohl, Solange Sohl,
Solange Sohl, como plata sonando.
¿Solange Sohl? Tu misma sombra. Vieja
Ronda solar en torno de tu cuerpo.
Ahora ahí te dejo, perro de diamante
Convertido y callado.
Como un inmenso oído que se abre en
Lo alto del árbol.
Como una estatua que se desmorona.

Augusto de Campos (San Pablo, 1931), "El sol al natural", Poemas, selección, traducción y estudio de Gonzalo Aguilar, Gog y Magog, Buenos Aires, 2012

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Solange Sohl existe? É una só?
Ou é un grupo de vidrios combinados? Uma lenda
Medieval que vestes de neuroses? Por certo
Esta armadura não te queda mal,
O meu Beltenebroso sem corcel.
Forcoso é acrescentares uma rosa à mão,
E mais, desenterrares o antigo arrabil,
Assim mui gentil e homem poderás planher
Teu sobrafã de sobramar
Solange Sohl em forma de ar.
Muitos -como veres- e incongruentes são
Os dons que à referida atribui a rude
Tua mente cansada.
Solange Sohl, leona sobre-humana
Encarcerada en uma jaula de ouro.
Solange Sohl, doutora e silenciosa
Sob o peso dos cilios.
Solange Sohl, fontana submersa.
Solange Sohl senhora silandeira
Com o sonho tecido em seu regaço.
Solange Sohl, Solange Sohl, Solange Sohl,
Solange Sohl,como prata soando.
Solange Sohl? A tua mesma sombra. Que roda
A velha ronda solar em torno do teu corpo.
Agora aí te deixo como un cão de diamante
Tornado e mudo.
Como um imenso ouvido que se abre
No alto de uma árvore.
Como uma estátua que se desmorona.

Foto: Augusto de Campos, s/d

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