sábado, noviembre 24, 2012

Ignacio Uranga / qué repite, el que repite...




qué repite, el que repite, en su neurosis obsesiva...

qué repite, el que repite, en su neurosis obsesiva
que vuelve, aún habiendo escrito el regreso, error
de entendimiento, y vuelve a su pesar al no volver:
cuando abre, no abre, o bien cierra acaso, párpados
sus párpados: extiéndese tu nombre, un deseo urdido
el deseo urdido: trastos que interpónense al significante
no estacionario, en su significancia: lo real en sí que abre
abierto, cuando abre, unos párpados, los párpados, en par
abiertos, desplegados: despliega alredor cuanto cubre el
sema tuyo extendido: ábrese en pleno, tal un paraíso, sí
terrenal acá esta historia: es verosímil, alcen o caigan, tal
ritmo de párpados que alzan o contrarios cierran, ábranse y
dan un paraíso a espectarse, el paraíso nuestro de posibles
tan propios, prospectivos, sí, tal sueños regulares circadianos
en ritmo circadiano: rítmico circádico nuestros posibles siem-
pre, ante trastos de la historia que interprétanse a favor al fin:
tal nuestra destreza de sobrevivir cuando golpean con la vida:
cierran, abren, en vitales pulsos nuestros párpados, los de cada
quien: es verosímil, pues, en su rehilar dese a espectáculo un
infierno, el infierno nuestro cada día sin los peces ni los panes:
ingrato cordero abajado: plagada nochebuena en mediaciones
tal la biósfera fulgente de luceros ensuciados por la técnica, sí
del hombre, del mercado: violento, al cabo, en cierre o apertura
el siempre doble hachazo de los párpados al sol o bien sumidos
a un circádico ritmo de los sueños, el circádico ritmo de soñar:
en su función de quebrajar -tal contra cielo atestado en cargas
de nieve a destronarse por un soplo intempestivo, el soplo-
lo avistado por debajo de un continuo geminar a diario, el
continuo geminar a diario de las telas, de los ojos los, pár-
pados: una mediación insoslayable, la mediación, pues
sin formas de soslayo, al abrirse, al bajarse: abajado dios
funcional a mediaciones en su obrar de mediación, pues
en esta desgraciada noche mercantil de breve impasse:
en iris, con motivos de mercado, altos refucilos median
entre la biosfera humana y el suelo: involuntarios y no
abren, cierran, ante cívicos destellos que destilan sueños:
tajo abierto entre los vivos que se instaura en cada apague

Ignacio Uranga (Bahía Blanca, 1982), inédito


Ilustración: Senecio, 1922, Paul Klee

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