qué repite, el que repite, en su neurosis obsesiva...
qué repite, el que repite, en su neurosis obsesiva
que vuelve, aún habiendo escrito el regreso, error
de entendimiento, y vuelve a su pesar al no volver:
cuando abre, no abre, o bien cierra acaso, párpados
sus párpados: extiéndese tu nombre, un deseo urdido
el deseo urdido: trastos que interpónense al significante
no estacionario, en su significancia: lo real en sí que abre
abierto, cuando abre, unos párpados, los párpados, en par
abiertos, desplegados: despliega alredor cuanto cubre el
sema tuyo extendido: ábrese en pleno, tal un paraíso, sí
terrenal acá esta historia: es verosímil, alcen o caigan, tal
ritmo de párpados que alzan o contrarios cierran, ábranse y
dan un paraíso a espectarse, el paraíso nuestro de posibles
tan propios, prospectivos, sí, tal sueños regulares circadianos
en ritmo circadiano: rítmico circádico nuestros posibles siem-
pre, ante trastos de la historia que interprétanse a favor al fin:
tal nuestra destreza de sobrevivir cuando golpean con la vida:
cierran, abren, en vitales pulsos nuestros párpados, los de cada
quien: es verosímil, pues, en su rehilar dese a espectáculo un
infierno, el infierno nuestro cada día sin los peces ni los panes:
ingrato cordero abajado: plagada nochebuena en mediaciones
tal la biósfera fulgente de luceros ensuciados por la técnica, sí
del hombre, del mercado: violento, al cabo, en cierre o apertura
el siempre doble hachazo de los párpados al sol o bien sumidos
a un circádico ritmo de los sueños, el circádico ritmo de soñar:
en su función de quebrajar -tal contra cielo atestado en cargas
de nieve a destronarse por un soplo intempestivo, el soplo-
lo avistado por debajo de un continuo geminar a diario, el
continuo geminar a diario de las telas, de los ojos los, pár-
pados: una mediación insoslayable, la mediación, pues
sin formas de soslayo, al abrirse, al bajarse: abajado dios
funcional a mediaciones en su obrar de mediación, pues
en esta desgraciada noche mercantil de breve impasse:
en iris, con motivos de mercado, altos refucilos median
entre la biosfera humana y el suelo: involuntarios y no
abren, cierran, ante cívicos destellos que destilan sueños:
tajo abierto entre los vivos que se instaura en cada apague
Ignacio Uranga (Bahía Blanca, 1982), inédito
Ilustración: Senecio, 1922, Paul Klee
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